miércoles, 15 de agosto de 2007

EL DIGNO CAMINO A LA LIBERTAD

Rumbo a la audiencia del Tribunal de Apelaciones de Atlanta que el 20 de agosto escuchará por 15 minutos los argumentos de cada una de las partes, el proceso de Los Cinco Héroes antiterroristas cubanos injustamente encarcelados en prisiones norteamericanas cala poco a poco en la opinión pública mundial, principalmente con el activismo de grupos solidarios y también con reportes de prensa que, por fin, en algunos casos parecen tomar distancia de la mentira y la manipulación. El trabajo que James C. McKinley Jr publicó en The New York Times el domingo 5 de agosto sigue a miradas previas que las inglesas BBC y Reuters hicieran recientemente sobre el tema de los antiterroristas cubanos, una noticia “secuestrada” a la prensa seria por los libelos miamenses, en particular por El Nuevo Herald, erigido desde hace mucho en órgano oficial de la contrarrevolución y santuario de la mentira. Fuera de sus medios internos, Cuba ha expuesto su verdad, la verdad de este asunto, en sitios alternativos, en prensa de izquierda, principalmente de formato digital, que no teme a las presiones y no puede ser acallada desde los polos de poder. Sin embargo, parte de la intención desde publicaciones como Rebelión o Antiterroristas.cu o desde infinidad de periódicos situados en la Red, es que la justicia se abra paso, en los medios y en los pueblos, en las palabras del tribunal y en las deliberaciones del jurado. Por ahí pasa el camino de la libertad de los Héroes. El tema de Los Cinco es, en muchos puntos, similar al del bloqueo a la Isla: Cuba lo inició prácticamente sola y sólo con el tiempo la verdad se impone, en un caso con el sacrificio de todo un pueblo que persiste en su camino frente a las limitaciones económicas impuestas; en otro, con la resistencia ejemplar de jóvenes que, por el “pecado” de colectar información necesaria para librar a su país de acciones terroristas organizadas en Estados Unidos, fueron procesados bajo cargos de “espionaje”, “conspiración para asesinar” y otras mentiras con disfraces judiciales. El encarcelamiento de Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino, René González y Antonio Guerrero, desde el 12 de septiembre de 1998, expone el odio terrorista del Gobierno norteamericano, atrapado él mismo en su mentira de supuesto líder internacional del antiterrorismo. La verdad sea dicha. Tal vez ni el propio Gobierno cubano tenga la certeza matemática de cuántas vidas salvaron estos jóvenes, porque sus informaciones, nada sensibles para las autoridades o la seguridad nacional norteamericanas, previnieron acciones de grupos armados que, a la hora de matar, no tienen en cuenta las fronteras ni las nacionalidades. La muerte del ciudadano italiano Fabio Di Celmo es el ejemplo más cercano de que el terrorismo anticubano no amenaza únicamente a los hijos de Cuba. Personas cubanas y norteamericanas pueden leer esta historia, pueden decir que están vivos, por el trabajo heroico de estos hombres que renunciaron temporalmente a vivir entre los suyos para quitar nombres a la muerte a ambos lados del estrecho de La Florida. La suya, si la hubo, fue una conspiración por la vida. El gesto de The New York Times, no pasa inadvertido. Anima que uno de los grandes de la prensa norteamericana y mundial se asome con decoro a un asunto altamente sensible para Cuba en tanto involucra a Cinco de sus mejores hijos, pero siempre habrá que decir que las armas esenciales para ganar el caso están, como ha señalado el presidente Fidel Castro, en la unidad dentro de la Isla y en la solidaridad que desde allí inspiremos a los amigos. De un imperio que provoca la guerra inflamado con el combustible de la muerte y pretende hacer cuanto se le antoje dentro y fuera de sus límites, no pueden esperarse sino obstáculos tales como los que ha situado, en magnitud escandalosa, la Fiscalía que lo representa. Es muy probable que, cuando dicen la verdad, Bush y su Gobierno no lean los periódicos, pero es seguro que —mientras jueces y jurados avancen camino a conseguir con la real justicia proclamada su propia libertad como seres humanos—, Los Cinco son cada día más Héroes y más libres, donde quiera que estén.

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