Durante un recorrido por instalaciones de la Dirección Provincial de Servicios Comunales en Ciudad de La Habana, Cándido evocó el año 1947, cuando comenzó a laborar como barrendero, una plaza que obtuvo a cambio de haber entregado una buena cantidad de cédulas electorales.
Recordó el despotismo y el abuso del capataz, quien en reiteradas ocasiones demoraba el pago aduciendo no tener dinero.
Precisamente por sufrir la infructuosa búsqueda de trabajo en la Cuba de los años 50 del pasado siglo, Cándido viajó a Estados Unidos en 1953 contratado como pelotero profesional, aunque nunca llegó a efectuar su primer juego pues tuvo problemas con el jefe del equipo.
Luego, permaneció dos años ilegal en Chicago trabajando en lo que encontrara, y allí conoció a Irma Sehwerert, la madre de sus hijos René y Roberto. El primogénito, hoy Héroe de la República de Cuba, nació en 1956.
Al siguiente año, el matrimonio se incorporó al Movimiento 26 de Julio en esa ciudad norteamericana, y al ocurrir en 1961 la invasión mercenaria por Playa Girón, organizada y financiada por el gobierno de Estados Unidos, regresó a Cuba para integrarse activamente a las tareas de la Revolución Cubana, triunfante en 1959.
Tras corroborar la atención a los trabajadores por la Administración de Servicios Comunales, que garantiza un salario digno, uniformes, zapatos adecuados y equipos de protección, Cándido subrayó que la situación actual es totalmente diferente a la que él padeció en la Cuba prerrevolucionaria.
Expresó que precisamente la labor de ese personal redunda en una mejor salud para el pueblo al contribuir al saneamiento y a la protección del medio ambiente. Irma, la madre de René González y para quien Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Fernando González constituyen también sus hijos, aseguró que la mejor contribución a la causa de estos patriotas son los resultados en el trabajo.
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